EL ÚNICO RETO DE MARTA ORTEGA

Desde que se anunció el nombramiento de Marta Ortega como sucesora de Pablo Isla no hemos dejado de leer artículos y reportajes vaticinando los retos y dilemas a los que tendrá que enfrentarse la nueva presidenta de la compañía.

Que si la logística, que si la digitalización, que si la gestión de materias primas y la reubicación de su producción, que si lo relacionado con la sostenibilidad medioambiental y social, que a ver qué hace con las marcas que tienen menos peso en el grupo… Pero no, esto no son inquietudes y retos exclusivos de Marta Ortega. En absoluto. En realidad, son prácticamente los mismos retos que debe tener cualquier compañía que quiera tener un buen plan en el futuro a corto, medio y largo plazo. Estos no son los verdaderos retos de Marta Ortega. En absoluto, bajo mi punto de vista.

Por otra parte, nadie es imprescindible en ninguna organización. Esto es algo que hemos escuchado y pronunciado tantas veces que se da por auténtico, ya sea por la excesiva repetición de la frase o incluso porque en alguna ocasión hemos perdido a alguien importante en nuestra compañía y necesitábamos convencernos de que todo va a salir bien. Y no es que no sea cierto, realmente es que tiene matices: nadie es imprescindible, pero hay personas menos prescindibles que otras. Es el caso de Pablo Isla. Inditex continuará su camino con o sin él, pero es indudable que su gestión y liderazgo han conseguido que la compañía alcance hitos de primer nivel mundial. Pablo Isla, mejor directivo del mundo según Harvard Business Review en dos años consecutivos, Pablo Isla el que todos hubiéramos querido tener cerca para aprender de él, Pablo Isla, aquel que ha sabido interpretar la empresa con la inspiración de Amancio Ortega.

Así es como llegamos ante el gran reto de Marta Ortega: conseguir que nadie recuerde a Pablo Isla, que nadie tenga que mirar atrás buscando tiempos mejores, que nadie eche de menos su gestión y liderazgo, que su impronta prospere con firmeza en tiempos en los que el liderazgo ha de ser contundente y no ofrecer dudas. Conseguir que nadie añore a Pablo Isla supondrá que las cosas van muy bien, ya sean esos retos de logística, sostenibilidad o lo que cada uno esté pensando.

Marta ha tenido a los mejores maestros, rodeada de los mejores profesionales, aprendiendo del propio Pablo y con la inspiración y orientación al negocio que lleva su padre Amancio en el ADN. No hay ningún motivo para dudar de ella, todo lo contrario: Amancio Ortega no da puntada sin hilo, no lo ha hecho en ninguna de las decisiones importantes que ha tomado en los últimos 45 años.
Comienza una nueva era en una de las organizaciones más exitosas del planeta, en la que nadie es imprescindible salvo el espíritu y el liderazgo de la familia Ortega.

Muchas gracias por estar aquí.
Te deseo lo mejor.
Jacinto Llorca

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